La segunda protesta se realizó dos días después y a la misma hora, pero del otro lado de la avenida Florencio Varela. Se concentraron más gente a diferencia de la protesta anterior. El punto de encuentro fue en la sede del QAC, en Guido y Paz. De allí partió la caravana hasta el kilómetro 20 de la autopista que une las capitales nacional y provincial. En ambas protestas el reclamo fue acompañado por bocinazos y aplausos de los automovilistas, motociclistas y transportistas que pasaban por la autopista.
A las protestas asistieron referentes de la ACADA (Asociación Civil Argentina del Deporte Amateur), como así también propietarios, empleados y socios de varios gimnasios, canchas de fútbol 5, paddle, tenis, entre otros rubros. Hubo banderas argentinas, carteles con consignas como 'El deporte es salud', 'Somos esenciales', entre otros. También se podían apreciar pasacalles de las organizaciones que asistieron, además del famoso banner que se viralizó en las redes exigiendo que, si mandan a cerrar los gimnasios, que dejen de cobrar impuestos.
Lo que buscan es ser considerados como servicio esencial, dado que la actividad física fortalece el sistema inmunológico, según estudios científicos. Ellos aseguran que, durante el tiempito que estuvieron abiertos durante el verano pasado, cumplían con los protocolos necesarios para garantizar su funcionamiento. La gente de los natatorios hacen entender que la natación es uno de los deportes más seguros que hay, ya que las piletas son higienizadas con cloro. Y queda comprobado que el cloro mata el COVID-19. Los dueños de las canchas de tenis y paddle comentan que durante los partidos hay como máximo cuatro personas a más de dos metros de distancia.
Simplemente, no hay excusas para que los gimnasios y centros de recreación y deportes continúen cerrados, ya que el deporte hace bien a la salud. Y más en este contexto de pandemia.