En la tarde de este viernes familiares y conocidos de Noemí Báez, una joven embarazada de 23 años que murió luego de que se negaran a atenderla en el Hospital Iriarte de Quilmes, realizaron un piquete en la bajada de la autopista mano a La Plata para exigir justicia por esta muerte que tranquilamente se pudo evitar. Hubo quemadura de gomas y cortes en el acceso a la ciudad. En el lugar estuvo personal policial, como así también de Patrulla Urbana y de Gendarmería para evitar que la situación pase a mayores.
COMO FUERON LOS HECHOS
En la noche del martes 13 de abril Noemí, vecina de la Ribera de Quilmes fue junto a su pareja Jonathan al nosocomio de Humberto Primo y Alison Bell para ser atendida por un ataque de asma. Era asmática crónica. Le dolía la espalda y no podía respirar. Al llegar a la guardia a las 22.30, personal de una empresa de seguridad privada tercerizada, no la dejó pasar porque los médicos del hospital hacían una medida de fuerza. "No la van a atender, los médicos están de paro. No van a atender a nadie. Diríjase al Dispensario", le dijo a Jonathan. Entonces se fueron al mencionado centro médico municipal. Llegaron en 15 minutos allí, y fueron a la guardia, dónde fue asistida por personal medico. Su pareja le contó su situación, y se le brindó asistencia médica unos 30 minutos. Luego le comunican a su pareja que había entrado en estado de ataque cardíaco y por lo cual debía ser trasladarla con urgencia al hospital de Quilmes. Volvieron en ambulancia al Iriarte, con Noemí ya en sus últimas. Llegaron a las 23.40, y los ambulancieros del SAME cometieron una grave imprudencia: Al bajarla de la ambulancia, se les destrabó la camilla, y el cuerpo de Noemí se cae al suelo, causándole un fuerte golpe en la nuca. A la media hora, la joven no resistió y murió. Los médicos le informaron que llegó muerta al hospital producto de la caída de la camilla que le rompió la nuca. Esto le provocó que, puertas adentro le agarrara un ataque de epilepsia, vomitara y se haga pis encima. En el informe médico se determinó que falleció por un paro cardiorrespiratorio. Además la familia se enteró por la autopsia que dentro de su vientre tenía un feto de 25 centímetros. O sea, estaba embarazada de tres meses. Esto provocó la indignación de la familia, que le reprochó al guardia que no la dejó ingresar al centro médico, y éste negó haberlo hecho. Para colmo, personal del hospital emite un ticket simulando su ingreso a las 11 de la mañana del día siguiente, doce horas después de su muerte.
Días después se allanó el Iriarte, pidiendo la historia clínica de Noemí y las cámaras de seguridad. La causa quedó caratulada como 'Homicidio culposo'. Investiga la fiscal Bárbara Velasco.