Estuvieron presentes más de 50 vecinos que con carteles, pancartas y cacerolas se hicieron escuchar reclamando mayores medidas de seguridad.
Lo que denuncian es que, desde hace el inicio de la década, un grupito de personas residentes de ese barrio limítrofe con Ezpeleta cometen distintos ilícitos tanto en la calle como entrando a las casas.
Suelen llevarse bicicletas, artículos de jardinería, garrafas entre otros elementos que a los delincuentes les resulta de interés para, aparentemente, venderlos para comprar drogas.
Por este motivo, dado que agotaron las instancias al hablar con autoridades policiales y municipales días atrás expresando este flagelo, decidieron salir a las calles a reclamar seguridad.