DNI ANULADO EN VARELA: A LOS TIROS, JOYERO DEFIENDE A SU FAMILIA DE UNOS CHORROS

EL INQUISIDOR ONLINE
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Y comenzamos el mes de diciembre con una buena noticia para la gente de bien. Un vecino de Florencio Varela de 62 años defendió a su familia, que estaba siendo asaltada por tres delincuentes, a sangre y fuego. El buen hombre ajustició a uno de esos y dejó con una mala pata a los dos restantes. El hecho con final feliz tuvo lugar en la mañana del miércoles en una casa de Zorrila casi esquina Quinquela Martín, en Zeballos. 

Allí el sexagenario, dueño de una joyería en la peatonal Monteagudo del centro varelense, se levantó y se fue a afeitarse. Mientras su hijo de 29 años dormía en su habitación, su pareja bajó a la cocina, puso la pava para el mate y abrió la puerta que da al patio para que su perro saliera al jardín. Eran las 8.45.

En ese momento, tres delincuentes, identificados como Nicolás Bravo, Carlos Martín Fernández y Alan Emanuel Araya, ingresaron con pasamontañas, armados y equipados con criquets y destornilladores por la puerta trasera. Se sospecha que los rastreros entraron a la propiedad de madrugada, ya que cuenta con un perímetro hecho de paredones de dos metros de altura: no creen que hayan trepado a plena luz del día, corriendo el riesgo de ser vistos. Así, esperaron hasta que la puerta trasera se abrió e ingresaron a los gritos al interior de la propiedad. Uno de ellos, Bravo, tomó a la mujer del joyero, que comenzó a gritar.

Tras escuchar el pedido de ayuda, su hijo salió rápidamente de su habitación, ubicada en el primer piso de la casa. En ese momento, se encontró con los dos cómplices de Bravo: comenzaron a forcejar. Cuando oyó la temerosa secuencia, el joyero dejó de lado lo que hacía, y tomó su revolver calibre .38 largo marca Smith & Wesson y fue a ver qué pasaba. Allí el hombre hizo defender el honor familiar y le metió bala a estos sujetos: Al observar cómo su hijo peleaba con los dos ladrones, efectuó dos disparos: el primer balazo le dio a Fernández, que cayó con una herida en una pierna. Luego, fue el turno de Araya: este caco ligó un tiro en el pecho. O sea, DNI anulado.

Después de mandar a este malviviente a ver a Maradona, bajó a la cocina y fue por el tercero. Allí el chorro tenía como rehén a su mujer y la apuntaba con un revólver a la cabeza. “Te la mato, te la mato”, le dijo Bravo al dueño de casa. “Soltala y andate, por favor, andate”, le respondió el hombre. En ese momento, el delincuente gatilló sobre la cabeza de la mujer. El disparo no salió. Cuando vio que el arma no funcionaba, Bravo apuntó rápidamente contra el joyero y probó tirarle sin éxito a él dos veces. El malhechor fue tan inútil que le tocó un arma fallada. Encima la señora logró soltarse de sus brazos y para rematarla, recibió de parte del sexagenario un tiro en el cuello. Cayó herido.

Luego, el joyero salió a la calle a pedir ayuda mientras su hijo llamaba al 911. Efectivos del Comando de Patrullas y de la comisaría 1° y ambulancias del SAME y del SIES llegaron rápidamente. Los maleantes baleados fueron trasladados a un hospital de la zona, donde se encuentran internados en un cuadro de coma inducido y custodia policial.

La investigación del caso quedó en manos de la fiscal Nuria Gutiérrez, titular de la UFI Nº4 de Florencio Varela, quien calificó el ataque como 'robo calificado por el uso de arma de fuego en tentativa' y 'homicidio criminis causa, también en grado de tentativa'. Por suerte, no tomó ningún temperamento contra el joyero que mató al ladrón, ya que entiende que actuó en legítima defensa, gracias a las imágenes de las cámaras de seguridad que muestran al trío delictivo entrar a la vivienda. Sin embargo, se encuentra a la espera de la autopsia del delincuente muerto y de distintos peritajes para tomarle declaración, ya sea como imputado o testigo. Además, secuestró los revólveres tanto de uno de los asaltantes como del justiciero.

No es la primera vez que delincuentes ingresan a la casa del joyero. “Ya habían entrado en enero pasado, y antes también. A la mujer ya la habían amenazado en otra oportunidad. De hecho, se iban a mudar este mismo sábado. Habían alquilado un departamento hace cuatro meses, pero el hombre no se quería ir porque quería mucho esa casa”, aseguró uno de los vecinos que conocen a la familia, que además narró que en uno de los hechos les envenenaron a sus perros. Se iban a mudar este sábado.

Pero no es el único que se mudará. Ya que el señor Araya, de 30 años, se mudará de su Avellaneda natal para el infierno, tras recibir una dosis de la vacuna más efectiva contra el CACOVID: Una bala en el pecho. Allí será bien recibido por Satanás, que le hará pasar unas felices fiestas.


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