Se ve que la navidad se le adelantó a Satán, ya que este esta madrugada se produjo un enfrentamiento armado con final feliz entre delincuentes y un prefecto en Bernal Oeste. La balacera, acaecida en la esquina de Zapiola y la avenida Calchaquí, terminó con un malviviente herido, un prófugo y un DNI anulado. A nada...
El protagonista de nuestra historia es un cabo 1° de la Prefectura Naval Argentina de 28 años de edad. Él llegaba en su moto a su domicilio tras finalizar su jornada de trabajo cuando fue interceptado por tres hombres armados a bordo de un auto Fiat Cronos rojo.
Éstos malhechores querían hacerse de su motocicleta, pero se hizo respetar y repelió el ataque utilizando su arma reglamentaria. El prefecto se refugió detrás de un árbol para repeler el accionar delictivo.
En el intercambio de disparos, uno de los atacantes, de 19 años de edad, cayó herido en el lugar mientras los otros dos escaparon en el vehículo. Acabó muriendo en el acto tras recbiir un tiro en la cara. La muerte fue constatada por personal de SAME, que vino junto con móviles policiales solicitados por la verdadera víctima, el servidor de Prefectura.
El vehículo utilizado por los delincuentes fue encontrado abandonado en Isla Maciel, Avellaneda. Según la policía, el Cronos tenía una patente que había sido reportada como robada en Capital Federal.
Horas después, efectivos de la Comisaría 5ª de La Cañada recibieron la novedad de que uno de los dos sobrevivientes ingresó al Hospital Argerich con una herida de bala en el abdomen.
Entró diciendo que lo quisieron robar en Capital, pero esa historia careció de verosimilitud al descubrir que formó parte del trío delictivo que participó de ese asalto frustrado: El hampón quedó detenido bajo custodia policial mientras se recupera. Mientras que el tercer sospechoso ya estaría identificado y continúa prófugo.
La UFI N°7 de Quilmes, a cargo de Ximena Santoro, tomó el caso: ordenó la presencia de la Policía Científica en el lugar del enfrentamiento para realizar las diligencias correspondientes. Además, se incautó el arma reglamentaria del efectivo de Prefectura.
Pero vamos a lo más importante: Este chorro de leche, identificado como Ezequías Chamorro, por querer hacerse que la tenía más grande, terminó cabeceando una bala que lo dejó K.O. No llegó a fin de año, y a pesar de que se pierde la navidad, le terminó entregando el pan dulce al diablo.