BERAZATEGUI - EXCLUSIVO: HABLA LA MAMA DE LA NENA ABUSADA POR EL CHACAL DE LA CALLE 109

EL INQUISIDOR ONLINE
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[INFORME ESPECIAL] En la última semana del año que se fue, fue noticia, incluso en este medio, el escrache en la casa de un sujeto acusado de violación que terminó con un auto incendiado e incidentes con la policía. Esto sucedió en 109 entre 10 y 11, en el barrio San Pedro de Berazategui Oeste. Después de ese suceso, el barrio quedó dividido entre las personas que defienden a Juan Rodríguez (el acusado), y aquellos que apoyan a la madre de la nena de nueve años, víctima y sobrina del abusador. Justamente ella, NR, se comunicó con EL INQUISIDOR ONLINE para defenderse de las críticas y contar como fue, según las palabras de su hija, como este 'señor' sometió sexualmente a la chiquita. En la entrevista que nos concedió en exclusiva, salió de espaldas y con la voz distorsionada para proteger su identidad. Ella nos contó que todo comenzó el sábado 26 de noche, cuando su hija AA, de 9 años, la despertó porque no podía dormir de noche y le confesó, en medio de llantos y una crisis nerviosa, que su tío la violó. Según su relato, el día 20 Juan la despertó de madrugada mientras dormía en su casa tocando sus partes íntimas y lamiendo su órgano reproductor. Luego de ese breve relato, ellas fueron a ver a su padre y de ahí fueron a hacer la denuncia a la Comisaría de la Mujer. Mientras estaban yendo, la nena les contó que, cuando amanecía, el monstruo también intentó penetrarla por el ano: Además, le llegó a preguntar si le gustaba, y ella dijo que no y empezó a pedir ayuda a su tía y a su prima, pero no la escuchaban porque en ese momento el resto dormía. Durante la declaración con la policía, todo el tiempo la nena dijo repetidamente 'era el tío Juan, era el tío Juan'. La policía las mandó a hacer la revisión médica en sus partes a la menor el día lunes porque no había nadie, pero su madre no quiso esperar, y la llevó al hospital. Allí la chiquita se rehusó a ser revisada por los doctores por miedo, y ella la tranquilizó. le recetaron unas pastillas pero su cuerpo las rechaza.

Su madre comentó que ese día, la menor fue a la casa del chacal porque su tía la invitó a jugar con su prima y mirar tele. Ella accede. Pero, tras el abuso, a la mañana siguiente no quiso desayunar ni comer la comida. La tía llama a la madre para que la venga a buscar. Comenzó a tener comportamientos cerrados, y la madre la notaba raro, hasta que en esa madrugada le contó lo de la violación. Quedó completamente traumada. 

Con respecto al suceso del lunes 28 por la madrugada, ella comentó que horas atrás, mientras estaban en el hospital, Rodríguez se enteró de la violación y le negó por teléfono la acusación, aunque reconoció que 'le tocó la cola dormido'. El intentó aclarar las cosas (aunque oscurecía) delante de ella, pero no lo quiere ni ver. Algunos familiares comenzaron a creerle y ratificar los dichos de la niña. Uno de sus hermanos lo vio a él con la nena durmiendo. Entonces esa noche, ya lunes, algunos jóvenes del barrio y parientes de la joven madre arrojaron piedras hacia la casa y prendieron fuego un auto que, tiempo después, se comprobó que no era del monstruo. Rodríguez escapó en bicicleta, pero el padre de la menor lo alcanzó y lo golpeó. Quedó internado en un hospital y los policías prometieron que, cuando apenas tenga el alta, iba a quedar preso. No cumplieron. Salió libre, aunque comprobaron que tenía alcohol en sangre. Después de que él escapara, ella intentó parar a la turba enceguecida con sed de justicia, pero no tuvo suerte porque querían incendiar la casa y atacar a su tía por ser cómplice del abuso. En ese momento llegó la policía y controló a los manifestantes. 

Después de ese martes, la suerte comenzó a ser diferente. El abusador pasó de ser victimario a víctima, y la madre comenzó a ser señalada por 'inventar la historia para quedarse con la casa de sus tíos'. Parte de sus hermanos salieron a defender a Rodríguez, y a responsabilizarla de los daños que causaron esa madrugada. Es más, llegaron a amenazarla y escracharla por redes sociales, y uno de los hijos que está preso en un penal le mandó un audio amenazante. 

Ella nos contó que Juan no es un angelito: vive borracho, vivía amenazando con matar a sus abuelos, incendiar la casa, tiene un carácter descontrolado, y le pegó a ella sin motivos cuando era chica. La única vez que estuvo preso fue cuando le pegó a un policía durante una situación de descontrol en el barrio. También agregó que no es la primera vez que Rodríguez cometió un estupro: años atrás llegó a abusar sexualmente a otra de sus sobrinas casi de la misma forma que lo hizo a la nena AA. 

Lo único que pide NR es justicia para su hija y que el abusador termine preso. Pero para ello está atravesando un camino burocrático. Denuncia que en el juzgado de Quilmes y en la fiscalía le tardan en dar la restricción contra Juan Rodríguez, y que en ningún momento la llamaron para hacerle estudios de cámara Gesell a la nena ni para que tenga cita con una psicóloga. Ella acudió al CIPAV (Centro Integral de Prevención y Asistencia a la Víctima) de Berazategui para que la atienda una psicóloga: le dieron turno para el 19 de enero. Ella nunca pensó que en la fiscalía le iban a decir que iba a ser un proceso que duraría dos años. Le dieron turno hasta para pedir un botón antipánico. Literalmente, la mujer quedó a la deriva ante la inacción de la justicia, y lo peor, en un caso de abuso sexual, y lo peor, contra una menor, y mujer. Esto no merece quedar así.

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