Este final era de esperarse. En el atardecer del sábado, finalmente hallaron sin vida a Rosa, la mujer de 82 años que vivía con su hijo cuarenta años menor en paupérrimas condiciones en su casa de Ezpeleta Oeste. Esto tuvo lugar en su casa de Uruguay casi esquina Albert Einstein, en el barrio El Dorado, alrededor de las 18. Los vecinos apuntan contra Miguel, dado que, como denunciamos esta semana, la torturaba muy seguido. Cabe recordar que ambos poseen severos problemas mentales. Algunos cuentan que él llegó y la vio fallecida a su progenitora. Otros desestiman esta versión, y dicen que él la mató. Esa misma gente comenta que, tras morir, él le habría puesto tres llaves encima de su cuerpo. Una en la frente, otra en el pecho y otra en la panza. Y que también le habría escrito el cadáver. Sin embargo, la autopsia determinó que Rosa murió de un paro cardiorrespiratorio y si bien presenta golpes su cuerpo, no fueron recientes. Miguel fue llevado en calidad de detenido a la comisaría 9°, donde permanece hasta hoy. Se le hacen pericias psiquiátricas. En el lugar intervino personal policial, además de una ambulancia de PAMI, que constató la muerte de la señora, además de Policía Científica, que realizó peritajes y retiró el cuerpo de la octogenaria minutos antes de la una de la mañana.
La nota realizada por EL INQUISIDOR ONLINE este martes
Vecinos de la cuadra denunciaban que Rosa vivía un calvario por parte de su hijo. La golpeaba brutalmente y la violaba muy seguido. Además de que le usaba la plata de la pensión. Pero, a pesar de todo esto, ella lo defendía. Se escuchaban gritos desesperados de la mujer, que la llegaron ver tirada en el patio desnuda gritando, ya que él la hacía dormir allí. Cuentan que él estuvo preso por robo simple pero lo liberaron. Eso agravó su psiquis, y una vez le mostró su órgano sexual a unas jóvenes. Esperan que él no sea liberado, dado que como su madre murió, puede llegar a tener actitudes sátiras contra las mujeres del barrio.