De esa manera comenzaron una batalla campal donde no faltaron golpes de puños y se arrojaron piedras, hasta vandalizaron elementos de construcción de una de las casas de los vecinos donde ocurrió todo. En un momento, los barras cascotearon un automóvil que estaba estacionado en la esquina con O'Higgins.
Las cámaras de seguridad de los distintos vecinos que se vieron afectados por los disturbios registraron todo lo ocurrido y donde, por fortuna, no se deben lamentar víctimas fatales.
Los que sufrieron las consecuencias fueron los vecinos comunes, porque los barras de Quilmes, que eran un número mucho menor, se refugiaron en los monoblocks del barrio Papelero. Cuando tres móviles policiales que estaban por la zona se acercaron, los simpatizantes de Banfield subieron a sus micros y siguieron adelante.
Vale recordar que a los barras nada los detiene, ni la Policía, ya que la Caravana venía siendo custodiada tanto por efectivos de la Seccional de Banfield como de la Comisaría Tercera quilmeña. Tanto es así que a unas 30 cuadras del primer episodio, sobre la calle General Acha, otra vez la barra del Taladro tuvo unos cruces con gente de Quilmes y hubo nuevos piedrazos, con una situación afortunadamente de menor duración.