Todo comenzó cuando ella y sus tres hijos, incluyendo D., contrajeron COVID-19 y, este último contrajo neumonía. Él es paciente de riesgo, dado que de bebé fue operado exitosamente del corazón, pero por un error médico (No le pusieron anticoagulantes), a los días sufrió un ACV y quedó con su mano y su pie doblados. Desde ese momento, recibe todo tipo de tratamientos y asistencia para asegurar su motricidad y crecimiento. Tras haber contraído estas complicaciones respiratorias, quedó internado en ese nosocomio pediátrico capitalino.
Allí quedó alojado en unas condiciones diferentes a las que era atendido en su casa. Esto hizo que el 17 de febrero su madre denunciara ante el Ministerio de Salud capitalino la forma en que era asistido por los médicos, enfermeros y residentes del hospital. Como represalia, sufrió amedrentamientos por parte de doctores de parte del nosocomio, principalmente del jefe de la unidad de violencia familiar, el dr. Juan Pablo Mouesca. Le dijeron que van a avanzar primero por D., luego por sus hermanos y por último por ella. De allí la prohibieron de acercarse a ella, a su hermana y a su madre, que se tuvo que venir de Roque Pérez (a más de 150 km de capital) por 'sobreprotectora'. Y con justa razón. Desde que fue impedida de tener contacto físico con él, notaron que él estaba muy descuidado, le daban la medicación incorrecta, con poca ropa. Sumado a que no le daban los partes diarios a su madre. Sólo tenían contacto por videollamada, pero desde el 22 de abril, por orden del Juez de Familia N°1 de Florencio Varela, Germán Meiszner le retiraron el celular, la tablet y los auriculares. Asimismo, el mismo letrado la declaró 'insana', corriendo el riesgo de perder la tenencia del nene y siendo internada en un neuropsiquiátrico.
Su madre pide que el niño pueda ser trasladado al Hospital El Cruce, que está más cerca de donde viven. A su vez, tienen su casa adaptada para que pueda seguir el tratamiento: Cuenta con tubos de oxígeno, grupo electrógeno, sillas de ruedas, elementos de ortopedia, un cuarto adaptado para jugar y estudiar y están construyendo en la vivienda un cuarto para que pueda ejercitarse. Hicieron todo tipo de gestiones pero hasta ahora les resulta imposible. Sin embargo, no pierden la esperanza que la verdadera justicia llegue.
