En la medianoche de este martes un joven peruano de 20 años fue asesinado de 15 balazos cuando salía del hotel alojamiento “El Ruca”, en Ezpeleta, junto a una mujer que esquivó las balas se dio a la fuga. Hasta el momento los investigadores creen que el homicidio no tuvo como intención el robo de bienes a la víctima y se inclinan por creer que se trató de un posible ajuste de cuentas relacionado al narcomenudeo. El detenido tenía antecedentes por robo.
El crimen tuvo lugar cerca de las 0.30 en inmediaciones del mencionado telo, ubicado en Bolivia casi Calchaquí. Allí la víctima, identificada como Josué Quispe Álvarez, salía acompañado de una joven del lugar, y al llegar a la esquina fue interceptado por una moto que le mandó 15 tiros: El recibió un disparo en la espalda, cinco impactaron en la cabeza desde atrás y un séptimo en el pecho, que le efectuaron de frente. En total siete disparos fueron necesarios para acabar con su vida.
La mujer que acompañaba a la víctima pudo escaparse y las autoridades ya descartaron un intento de robo como móvil del crimen y se inclinan por un ajuste de cuentas debido a la crueldad del hecho y que entre las pertenencias del muerto habían 60 mil pesos en efectivo, además de un reloj y cadenas de bijouterie plateadas.
El cuerpo del joven fue hallado en la vereda de esa ochava por efectivos del Comando de Patrullas Quilmes Oeste, quienes de inmediato dieron aviso al SAME, cuyos operarios confirmaron que la persona no contaba con signos vitales. Las pericias previas indicaron que el joven había recibido 15 disparos en diferentes zonas del cuerpo.
La UFI N°7 de Quilmes, a cargo de la fiscal Ximena Santoro, investiga este homicidio con el fin de establecer si el atacante fue uno o más y cuál fue la motivación del crimen. Se supo que el hombre tenía antecedentes por robos y se sospecha que el móvil del ataque fue por venta de drogas. Apuntan a su acompañante como una posible entregadora.
Para la pesquisa, desde la fiscalía pidieron la colaboración del Gabinete de Homicidios de la DDI de Quilmes para que analice las cámaras de seguridad de la zona, tanto municipales como particulares, con la intención de encontrar pistas sobre el o los asesinos.
De todas maneras, a esta altura dejó de ser una muerte lamentable, más allá de la saña con la cual se perpetró su deceso, y se comprobó que el ahora occiso no era una persona de ficha limpia. En síntesis, un DNI anulado.
