CASO AXEL ECHAVARRIA: A CASI DOS MESES DEL CRIMEN, CAYÓ EL ASESINO EN FLORENCIO VARELA

EL INQUISIDOR ONLINE
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A días de cumplirse dos meses de su asesinato, finalmente capturaron al asesino de Axel Echavarría, el joven ezpeletense muerto a cuchillazos. En la tarde de este viernes Darío Hernán González (33) fue detenido en cercanías de la estación de Florencio Varela, lugar donde fue visto por personas que denunciaron su paradero a la policía, dado que estaba prófugo tras cometer el crimen, el 7 de febrero. Los efectivos, noticiados del avistamiento, realizaron un operativo cerrojo vistiéndose de civil para lograr su detención. De esta manera, fue reducido por los efectivos policiales en la zona de la avenida Perón y España, a metros de la estación ferroviaria. Le encontraron un trozo de marihuana procesada en su bolsillo. Horas más tarde Laura, la madre de la víctima, reconoció al verdugo de su hijo. Además de González, también fue apresado semanas después del suceso, en una serie de allanamientos, Julián Mareco, otro de los involucrados en el crimen de Echavarría. De esta manera la familia de Axel comenzó a sentir que la justicia, a pesar de que tarde como una tortuga, llega en este país. 


EL CRIMEN DE AXEL

El 7 de febrero, el joven de 21 años estaba tomando una cerveza con amigos en la plaza del barrio La Esperanza, sobre la calle Condarco, en Ezpeleta Oeste. En ese momento se acercó Darío González, fuera de sí por causa de las drogas, y comenzó a pelearle a Axel sin motivo alguno. Lo golpeó y cuando intentó defenderse, González le dio una puñalada en una pierna a la altura de la arteria aorta a Echavarría. Él intentó correr para pedir ayuda, pero cayó a media cuadra de la plaza y murió fue trasladado al hospital del Cruce, donde se constató su deceso. Axel era padre de una nena y trabajaba de pizzero y delivery en una pizzería a media cuadra de su casa. Su madre Laura denunció que González fue beneficiado por la justicia luego de que en noviembre del año pasado, tras estar cuatro años preso por una tercera condena por robo, lo liberaron cuando faltaban dos años. De allí comenzó a robar a sus vecinos. También, días después del asesinato, su familia comenzó a amenazar a los testigos para que no declaren. La familia realizó dos escraches en la puerta de la casa del homicida, cuando en ese momento estaba prófugo. En la primera, a un mes del asesinato, no pudieron dar con algún pariente de Darío, a pesar del incesante pedido de que lo entreguen. Semanas después volvieron allí, donde hubo fuertes discusiones con la familia González, que casi se iban a las piñas.

El primer escrache

El segundo escrache


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