La vivienda en cuestión está ubicada en la esquina de Ramella y Ciudadela. Pamela, de 33 años, vive desde hace dos años cuando aún su marido de 50 años vivía. La acusada, identificada como Jaqueline, nunca apareció cuando, salvo para molestarlo y traer gente a la vivienda.
En mayo del año pasado, el señor muere y nació la escalada de hostigamiento constante hacia su última pareja. Su hija vivía hasta el día de la fecha pasando por la casa para exigirle que se vaya. Siempre con insultos, gritos, la trataba de usurpadora y hasta intentó escracharla en redes sociales.
En algunas oportunidades, intentaron meterse y le han llegado a robar cosas. Sin embargo, los vecinos de la cuadra, reiterados testigos involuntarios del accionar de esta mujer, la corrieron de la zona y apoyan a Pamela. Aun así, ella y su entorno recibe amenazas constantes de la acosadora.
Hubo un tiempo en que ella tuvo un lavadero que lo tuvo que cerrar por las intimidaciones. Hicieron varias denuncias en la comisaría 8° y en distintas fiscalías, pero esto no la detiene.
Sin embargo, lo peor tuvo lugar en la tarde de este martes, cuando Pamela esperaba a sus hijos que volvían del colegio, y saltó ella con dos sujetos. La tiraron de los pelos, le pegaron en la cabeza, la tiraron al suelo y la hincaron con un palo con un clavo en la cara y en los pies. También con una linga la ahorcaron y la llevaron de la rastra a la calle.
Alertados por los gritos, los vecinos salieron a la calle y llamaron a la policía. Un móvil se llevó detenidos a Jaqueline y sus secuaces a la seccional de la calle Paraná. Asimismo, constataron que, no conformes con casi matarla, se robaron su celular, su billetera y el poco efectivo que tenía.
Aún así, ella no sabe por cuánto tiempo estará demorada y teme que recrudezcan las agresiones.